A principios de octubre de 2019, entre los dias 7 y 10 se celebró la Semana Europea de las Regiones y las Ciudades #EURegionsWeek, un gran evento global a nivel europeo y que es el punto de encuentro de todas las ciudades y regiones que comparten proyectos en Europa
Esta edición era muy importante, ya que se exponían la mayoría de proyectos realizados mediante la estrategia H2020 y se presentaban las claves de la estrategia del nuevo ciclo 2021-2017, que se resumen en:
Innovación
Cohesión
Conocimiento
Sostenibilidad
Valoramos la participación en esta edición como muy positiva. La visión europea es fundamental para los proyectos estratégicos que podemos desarrollar en nuestras instituciones locales, comarcales y en los diferentes ámbitos de la gestión política.
Como siempre, participar, compartir y aprender ha de formar parte de nuestra estrategia. Es la manera de avanzar hacia el futuro.
Con este post voy a volver a los inicios de este blog, con temáticas muy centradas en la gestión urbanística del patrimonio cultural. Esta semana, el desarrollo de un proyecto me ha puesto ante una problemática relacionada con la gestión de los planes especiales de protección del patrimonio y el uso que los técnicos hacen de estos.
Los planes de protección són instrumentos muy eficaces para la gestión urbanística del patrimonio cultural, sin ir más lejos, en este blog compartimos algunos ejemplos interesantes como el de la ciudad de Sabadell. Pero se pueden convertir en instrumentos ineficaces, poco ágiles e inflexibles si no se actualizan o renuevan a medida que se amplían los conocimientos sobre el territorio.
Los planes de protección a menudo establecen ámbitos muy extensos ya que se intenta proteger un bien concreto y posibles bienes culturales aún por descubrir. Estos espacios se diseñan a partir de una expectativa, es decir, posibilidad, y sobretodo partiendo de un concepto clave, la prevención.
Pero como he podido comprobar en algunos casos el uso que los técnicos hacen de estos planes no es el más correcto, sobretodo si no se realiza un trabajo constante de actualización. Los ámbitos de protección extensos no son uniformes, es decir, dentro de ellos existen particularidades que han de ir quedando registradas y asumidas a medida que se desarrolla el plan de protección. En definitiva, se pueden ampliar la condiciones de protección de un sector si aparecen evidencias o indicios para ello; pero también se deben reducir los niveles de protección si existe suficiente información que así lo avale.
No actualizar un plan especial de protección y su catálogo asociado de manera frecuente conlleva a la oxidación del sistema, es decir a crear disfunciones que finalmente afectan al territorio, los recursos culturales existentes, la gestión y siempre a los ciudadanos. A través de la protección se garantiza la investigación, pero si no se asumen el conocimentos adquiridos se deslegitima toda acción de protección.
Espero que este post sea de vuestro interés.
Daniel Gutiérrez Espartero
Consultor en Patrimonio Cultural
Como algunos sabéis, hace un mes realicé mi segundo viaje a Colombia con el objetivo, esta vez, de conocer el Caribe colombiano y sus propuestas entorno el patrimonio cultural y natural. En el primer viaje me centré en la zona central y el Eje Cafetero.
Ciertamente este tipo de viajes son muy emocionantes: por los territorios que conoces, las culturas y expresiones compartidas y sobre todo por los nuev@s amig@s que encuentras. Desde el punto de vista profesional Colombia es un gran descubrimiento. Un país con un patrimonio cultural y natural de gran potencial que representa una oportunidad real para el desarrollo sostenible de sus territorios.
De norte a sur encontramos ejemplos. En el Caribe, el Parque Nacional del Tayrona, una zona protegida y bien gestionada donde el patrimonio etnográfico, arqueológico y natural forman una unión única. También encontramos Cartagena de Índias y su espectacular centro amurallado. Hacia la zona central el Eje Cafetero, extensa zona entre los departamentos del Quindío, Risaralda y Caldas, declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad, donde experimentar entorno al mejor café del mundo. Al sur, el Amazonas, con un patrimonio natural y cultural excepcional. Y entre estos elementos, un sinfín de expresiones y tradiciones fruto de una larga historia precolombina, de colonización, esclavismo y liberación.
Colombia tiene los elementos básicos para diseñar políticas de activación patrimonial que desemboquen en un desarrollo territorial sostenible. Presenta unos recursos culturales y naturales de alta calidad que ofrecen grandes experiencias a sus usuarios, ya sean nacionales o internacionales. ¡Lo he vivido! Es necesario por tanto que la población local se beneficie cultural, social y económicamente de la explotación de estos recursos. La dinamización del territorio a partir de sus recursos culturales y naturales ha de beneficiar a sus ciudadanos (territorio = personas).
El riesgo para Colombia es repetir modelos fracasados en otros países. He podido observar la presión de la construcción y el cemento en los límites del Parque Natural del Tayrona. He visto en Taganga los fondos marinos de sus playas llenos de escombros procedentes de la construcción. Esto me hace pensar en intereses que no buscan el beneficio común de los ciudadanos de un territorio. También me han explicado la falta de apoyo a las haciendas productoras de café, provocando el abandono de este cultivo y por tanto también de sus expresiones culturales únicas. No hay otro sitio igual en el mundo donde el café tenga una presencia tan intensa.
Colombia tiene mucho recorrido por realizar y puede escoger entre varios modelos. O bien por aquellos que buscan tan sólo la transformación económica a corto plazo de la explotación de unos recursos culturales y naturales; o bien innova y busca su propio modelo, apostando por una estrategia de desarrollo sostenible donde los ciudadanos están en el centro de la acción, se planifica de manera coherente con el territorio y sobretodo se aportan beneficios a todos los ámbitos de la sociedad. Esta es una decisión que ha de tomar, y no puede perder más tiempo.
Espero que este post sea de vuestro interés.
Saludos!
Daniel Gutiérrez Espartero
Consultor en Patrimonio Cultural
El pasado fin de semana tuve la oportunidad de asistir a una de las numerosas fiestas medievales que se celebran en nuestro territorio. Y la verdad, me acordé mucho de un estudio realizado por el amigo Antoni Rojas del ICRPC. Las conclusiones de su estudio vienen a decir que en una parte importante de las fiestas históricas recreadas no se identifican ni con el lugar ni con su historia. Y la verdad, ya estaba de acuerdo antes, pero después de este fin de semana ya no hay ninguna duda.
Tod@s tenemos claro que la explotación de los recursos culturales ha de tener una finalidad clara: buscar el beneficio social, cultural, educativo y económico de la comunidad que sustenta tal patrimonio. Esta es la función social del patrimonio cultural.
El beneficio económico suele asociarse al turismo. Pero como ya hemos explicado en anteriores ocasiones el silogismo promoción del patrimonio=fomento del turismo «per se» no es cierto. Para que un conjunto de acciones sobre el patrimonio cultural impliquen el desarrollo turístico de un territorio es necesario un trabajo intenso. Un gran esfuerzo que empieza con la planificación de un proyecto acompañado de un liderazgo político claro. Este escenario será capaz de diseñar un plan de acción bien detallado que debe iniciarse con un plan estratégico que contenga la creación de un discurso o relato, productos, planes de viabilidad, planes de marketing territorial, comunicación…. En definitiva, el desarrollo turístico de un territorio a partir de sus recursos culturales es el fruto de una estrategia planificada, pensada, trabajada y sobretodo coherente con el territorio y su identidad cultural.
Este fin de semana he observado como en un pueblo al sur de la comarca de la Anoia (Barcelona), su ayuntamiento ha organizado una feria medieval argumentando el desarrollo turístico y económico. He visto caballeros con armaduras y sus luchas, he visto comer pulpo, he visto feriantes y también algunos artesanos… Y todo esto organizado ante una gran fachada de un gran edificio industrial de principios del siglo XX convertido actualmente en centro tecnológico.
¿Planificación? ¿Estrategia? ¿Interés por la promoción del patrimonio cultural? ¿Discurso? Tan solo con un poquito de todo esto se podría diseñar una política de desarrollo turístico a partir de un relato coherente con el pueblo y con capacidad para crear productos que aporten beneficios reales a su comunidad.
La situación actual nos pone ante nuevos paradigmas. La puesta en marcha de acciones fáciles y cortoplacistas que aportan poco a las sociedades ya no son un camino válido. La planificación y el conocimiento del territorio y sus recursos es una línea de actuación más larga y posiblemente con más obstáculos, pero que definitivamente nos acerca de manera más efectiva al éxito… Al beneficio para toda la ciudadanía de un territorio.
Espero que este post sea de vuestro interés,
Saludos!
Daniel Gutiérrez Espartero
Consultor en Patrimonio Cultural
Hace un año publicabamos en el bloc el post «Territorio: identidad y espíritu cultural«. Reflexionábamos entorno de que manera prodríamos trasladar el concepto identidad cultural al territorio. Llegamos a la conclusión de que era necesario fijar miradas alternativas, responsables y coherentes sobre el territorio, sus recursos y sus necesidades, sobretodo aportando soluciones creativas y novedosas.
El territorio es un espacio vivo. Su historia no está fijada en el tiempo y el espacio. Evoluciona de manera natural o bien a partir de las acciones que se desarrollan. En definitiva, el territorio es el reflejo de una época y un espejo de los valores de la sociedad que lo gestiona. En este sentido, los lugares patrimonializados, naturales o culturales, constituyen un punto de unión entre la historia pasada y lo que vendrá, el futuro. Esta relación invita a interpretar el territorio, es decir, traducir, crear y darle sentido (1).
¿Cómo experimentar un territorio interpretado?
A través de los sentidos y la emoción
A partir del conocimiento que proporciona el lugar
Generando consciencia y crecimiento personal.
En definitiva, la experiència ha de permitir abrir propuestas para que los ciudadanos sientan, aprendan, disfruten, conozcan y reflexionen.
Para hacer llegar el mensaje del territorio patrimonializado a la ciudadanía en general es necesario establecer mecanismos de divulgación, difusión y creación de productos asociados a los recursos culturales y naturales del lugar. Es en este punto que adquiere importancia el márqueting territorial y su planificación ¿Cuáles son sus objetivos?
Ordenar e integrar el desarrollo turístico del lugar de manera coherente con las capacidades, potencialitades y la planificación del territorio.
Posicionar el lugar como una marca turística que sea reconocida y valorada por sus características específicas y singulares.
Impulsar un modelo turístico ambientalmente sostenible.
Fomentar la consciencia de que el turismo es un factor que contribuye al desarrollo económico del territorio y beneficia a la población residente y los sectores complementarios.
Los resultados de un estudio de márqueting territorial deberan establecer un conjunto de estrategias y acciones que permitan asumir a la población autóctona y proponer a los visitantes experiencias a través de la interpretación del territorio y sus recursos culturales y naturales.
La realización de un plan de márqueting territorial es un elemento básico para la planificación estratégica de un territorio. Sin sus resultados difícilmente se trasladará su identidad cultural a los ciudadanos, propios y ajenos.
Por causas laborales llevo unos meses sin actualizar el blog. Este tiempo ha tenido de todo, alegrías y también frustaciones relacionadas con el desarrollo de proyectos patrimoniales. Y ello me ha llevado a reflexionar entorno la pregunta que propongo para este post: ¿Creemos en el Patrimonio Cultural o no?
A nadie se le escapa que estamos en tiempos de crisi, de recortes y de muchas contradicciones entorno los proyectos relacionados con el patrimonio cultural. Durante este tiempo he visto de todo: decisión para tirar adelante un proyecto o, indecisión que al final lleva a parar y eliminar un proyecto. Des de mi punto de vista, la diferencia para tomar una decisión u otra está en creer, por parte de los promotores de los proyectos, en las potencialidades del patrimonio cultural y sobretodo en tener claro un concepto-guía: la función social del patrimonio cultural.
Creer o no creer, esa es la cuestión. ¿Cuales son los elementos que des de mi punto de vista diferencían unos proyectos de otros? Lanzo unos cuantos…
Legitimación del proyecto patrimonial. Es necesaria la identifiación de la sociedad con un proyecto. Sin legitimación un proyecto no funciona, puede ser considerado como un «capricho». Sigo las línias trazadas por Iñaki Arrieta (1), quien creo ha definido de manera detallada el concepto legitimación del proyecto patrimonial… «Al elaborar un proyecto patrimonial, consideramos pertinente que los promotores se preguten acerca de su grado de legitimidad social y que reflexionen también acerca de los mecanismos que deberían establecer para que la vinculación y la participación vayan aumentando a medida que el proyecto se va desarrollando…»
Ciudadania. Los ciudadanos son el eje central de cualquier proyecto patrimonial. Si el objetivo central de un proyecto es otro aspecto, no va a funcionar. La pregunta a realizarse en el momento inicial de proyectar debería ser: ¿En qué va a a beneficiar este proyecto a los ciudadanos de «x» territorio? ¿Sobre cuantas dimensiones va a actuar? (como mínimo me centraría en: social, cultural, educativa y económica…).
Planificación. Como ya comentamos en un post anterior planificar es valorar, es conocimiento, es estudio de las realidades, és tener una visión global y transversal del territorio y sus potencialidades. Planificar significa realizar un uso coherente de los recursos destinados a un proyecto.
En definitiva, la diferencia entre creer o no en el patrimonio cultural no está en tener un recurso o recursos que explicar/divulgar/difundir. Quien más o quien menos tiene recursos. Creer en el patrimonio cultural implica tener la capacidad para analizar el entorno y actuar en función del conocimiento adquirido:
Entender que el recurso no es el centro del proyecto. El objetivo básico de todo proyecto patrimonial es generar beneficios a un conjunto de ciudadanos que creen que el trabajo sobre este elemento puede significar un factor de desarrollo.
Ser consciente que un proyecto patrimonial nunca se puede estimar a corto plazo. No por los aspectos económicos (que normalmente influyen de manera determinante), sinó porque es necesario planificar, ir paso a paso. El objetivo no es inaugurar un continente con más o menos contenido. El objetivo es que el continente y el contenido, el día después de su inauguración, trabajen todas las dimensiones de la sociedad que acogió y legitimizó el proyecto
Creer en el patrimonio significa ir más allá del propio recurso. El reto está en dar respuesta a aquellas cuestiones propuestas por la propia ciudadania, que al identificarse con un proyecto, espera que este revierta sobre ella de manera positiva.
Espero que este post sea de vuestro interés.
Nota al pie:
(1). Arrieta rtizberea, Iñaki (ed): Legitimaciones sociales de las políticas patrimoniales y museísticas. Universidad de País Vasco. Bilbao 2011.
Daniel Gutiérrez Espartero Consultor en Patrimonio Cultural 937789993 / 626420510Chat Skype: daniguties Diagnosis Cultural
Bajo el concepto “territorio” lo que encontramos son “personas”, “ciudadanos”. Hablar de dinamización territorial también implica poner en valor las dimensiones sociales, culturales y educativas. No olvidemos las personas, ya que son estas las que viven, disfrutan y se relacionan con su entorno (territorio = personas). El territorio no es tan solo un espacio geográfico, también es una construcción histórica y una práctica cultural. Por tanto es en el territorio donde se refleja claramente laidentidad cultural de la comunidad o comunidades que lo sustenta. El territorio siempre es cultural.
¿Podemos gestionar el territorio cultural? Creo que podemos… es más, debemos. Posiblemente habrá gestores políticos o técnicos que no estén de acuerdo. Bajo mi punto de vista la gestión del Territorio Cultural debe realizarse a través de la identidad y espíritu de los territorios. De esta manera se podrá poner en valor, a través de políticas culturales planificadas, las dimensiones sociales, económicas y culturales. Es decir, proyectar acciones de desarrollo y mejora para las comunidades que sustentan el territorio cultural.
A modo de ejemplo, descubrir la identidad cultural de un territorio va a permitir planificar aspectos como:
El urbanismo: programando acciones urbanísticas que permiten un planeamiento urbanístico y de equipamientos a través de criterios y conocimientos previos en geología, arqueología, historia (urbanística, bibliográfica y documental) del sítio, los recursos materiales e inmateriales, la tradición, el folklore…
La educación y la cultura: promoviendo el conocimiento y la identificación de los ciudadanos con su territorio.
La economía: desarrollando planes de dinamización turística que incidan positivamente en la llegada de visitantes al territorio
En definitiva, necesitamos valorar el territorio como cultural. Siempre lo es. De lo contrario no se podrán diseñar políticas culturales de largo recorrido, coherentes e identificadas con el territorio, es decir, los ciudadanos.
Espero que este post sea de vuestr@ interés,
Saludos!
Daniel Gutiérrez Espartero
Consultor en Patrimoni Cultural
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Diagnosis Cultural
Durante las últimas semanas y por temas profesionales he podido visitar algunos proyectos que trabajan o pretenden trabajar la dinamización territorial a partir de la activación de sus recursos culturales y naturales.
Todos los proyectos visitados tienen en común la voluntad de poner en valor los recursos culturales y naturales existentes en el territorio para que estos se conviertan en factor de desarrollo local. He visto propuestas muy interesantes tanto en su diseño como en su ejecución como por ejemplo la experiencia del municipio barcelonés de La Garriga. También he podido observar otras propuestas interesantes, pero con bases poco sólidas. No las voy a citar.
¿Cual es por tanto la diferencia entre estos proyectos? Para mi está muy claro… «Planificación«. El silogismo inversión en patrimonio cultural = desarrollo económicono es cierto per se y las miradas a corto plazo y la falta de solidez, y sobretodo coherencia, hacen caer muchos proyectos ante la mínima adversidad. Es necesario pues trabajar en profundidad, planificar, valorar y sobretodo actuar sobre todas las dimensiones del territorio.
Y aquí lanzo algunas reflexiones:
La palabara planificación se usa constantemente, pero nos la creemos en realidad?
Se establecen planes directores. ¿Se siguen realmente o se funciona más con criterios políticos que técnicos?
¿Donde están esos planes de viabilidad? ¿Cómo se elaboran? Han de ser una exigencia previa incontestable. Si se quieren proyectos sustentables para el territorio y coherentes con las realidades sociales y económicas es necesario priorizar y saber como exactamente hacer las inversiones.
¿De qué manera retorna la inversión a los ciudadanos del territorio? Aquellos que tan solo piensan en turismo están muy equivocados. La estrategia debe ser mucho más general y transversal. Las dimensiones educativas, culturales y sociales han de estar muy presentes. Trabajar la identificación de los ciudadanos con el proyecto es básico, necesario.
¿Planes de màrketing territorial, para cuando? No se pueden plantear productos turísticos basados en los recursos culturales y naturales de un territorio sin que estos esten ligados a una marca de territorio, a un discurso o un relato que debe ser visible.
Podría seguir con las preguntas/reflexiones… pero esto es un post. En definitiva, planificar es valorar, es conocimiento, es estudio de las realidades, es tener una visión global y transversal del territorio y sus potencialidades. Planificar significa realizar un uso coherente de los recursos destinados a un proyecto.
La situación actual nos va a poner ante nuevos paradigmas en la gestión de los recursos culturales y naturales, dar respuesta a estos nuevos escenarios está en nuestras manos.
Espero que este post sea de vuestro interés.
Daniel Gutiérrez Espartero
Consultor en Patrimonio Cultural
La situació actual ens posarà davant de nous paradigmes en la gestió dels recursos culturals i naturals. Difícilment es poden plantejar projectes que no estiguin imbricats amb el seu entorn geogràfic més proper, és a dir, el seu territori. És necessari treballar amb una visió global i transversal que segurament implica més dificultats a curt termini, però que proposa camins reals, coherents i amb més possibilitats d’èxit en el futur.
A la comarca de l’Anoia a més ens trobem amb problemàtiques pròpies que podríem resumir de la següent manera:
Comarca complexa i inconnexa: Territorialment l’Anoia no és una comarca històrica fruit d’una situació geogràfica comuna, més aviat el contrari, és una unió política de territoris amb diferents caràcters que dificulta una unitat en la determinació de propostes. Econòmicament s’observa un sud i centre amb un marcat accent industrial on l’economia se sustenta a través dels diferents complexos industrials existents, mentre que es pot observar un nord i oest de caràcter agrícola on el sector primari es la base econòmica del territori, amb un sector terciari en auge.
Desconeixement dels recursos existents:Desconeixement dels recursos patrimonials del territori que implica la no identificació d’una part del territori amb les accions que s’estan desenvolupant i l’inici d’accions individuals que tenen poc futur en l’escenari actual. No existeix una identitat cultural ja que el desconeixement dels recursos culturals i naturals de la comarca més la idiosincràsia territorial dificulta un missatge, discurs o relat comú. Sense un relat comarcal, tranversal i inclusiu difícilment serem capaços de crear un productes culturals amb capacitat per competir amb d’altres territoris. Sumar és força. Falta planificació que impossibilita el disseny de polítiques clares d’activació del patrimoni existent. En el cas del turisme, per exemple, la falta de planificació impedeix desenvolupar accions local i menys accions en xarxa amb la resta del territori.
Aquest escenari descrit ha de ser vist com un repte que cal treballar en comú. L’Anoia és un territori complex i divers que no presenta un únic element d’identificació, sinó uns quants. Això no és un problema, al contrari,ha de ser entès com una gran oportunitat. Cal proposar actuacions globals i conjuntes a nivell de tota la comarca que reverteixin sobre un conjunt més gran de ciutadans i que a la vegada tingui més capacitat en la diversitat de propostes. Des d’aquest punt de vista és necessari dur a terme un treball que defineixi quina és la identitat cultural de tot el territori, permeti establir un discurs i un argumentari conjunt i finalment sigui capaç de definir i prioritzar les accions polítiques conjuntes per Activar el Patrimoni de l’Anoia i Dinamitzar la Comarca.
Parlem de territori i recursos? Treballem una planificació cultural estratègica mancomunada? Proposem una marca de territori? Fem-ho! L’activació del patrimoni és una estratègia enfocada a posar en valor els recursos culturals i naturals del territori i planificar els nous usos i serveis que es poden desenvolupar. L’Anoia és una oportunitat!
Durante la pasada semana participamos, conjuntamente con un gran número de profesionales, académicos y estudiantes en el VII Congreso sobre «Rentabilidades económicas y sociales de los patrimonios culturales y museos«. La propuesta de la organización fue de gran valor, ya que los ponentes y sus comunicaciones planteaban una visión muy tranversal de la temática prevista.
Desde este punto de vista se habló de turismo con una ponencia muy clarificadora de Jose Antonio Donaire (@Donaire). También se plantearon propuestas sobre el patrimonio etnológico con una interesante ponencia sobre los Astilleros Nereo de Málaga con Esther Fernández. Se expusieron métodos de análisis de patrimonio cultural immueble de un territorio y también aquello que se puede hacer y no se debe hacer entorno los equipamientos museísticos con el ejemplo de Belmonte, en Portugal.
Destacar también una más que interesante propuesta sobre viabilidad de equipamientos culturales expuesta por el equipo de l‘Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural. Y para finalizar reflexiones interesantes sobre el turismo cultural de Agustin Santana… director de la revista Pasos .
Todo esto sin olvidar el valor de las conversas mantenidas y las visitas realizadas, tanto al Museo de San Telmo de Donosti, al Museo Oiasso de Irún o Gordalua (centro de patrimonio cultural mueble de Guipuzkoa).
En definitiva, el congreso ha sido una gran oportunidad de escuchar, aprender y compartir sobre la gestión del patrimonio cultural desde nuevas perspectivas y propuestas que se desarrollan tanto en Europa como en América. Cómo conclusión me quedaria con la idea expresada por Jordi Abella de que la rentabilidad del patrimonio cultural no sólo se encuentra en el turismo y la economía, también hay que buscarla en los beneficios educativos, sociales y culturales que se aporta a la ciudadania que vive en un territorio, es decir, la función social del patrimonio cultural.
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